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Los comienzos de la Fundación Martín Cabello

A mediados del siglo XX, la localidad de Sonseca vio nacer una institución que dejó una huella profunda en la educación de sus vecinos: la Fundación Martín Cabello. De carácter religioso, benéfico y docente, esta entidad fue creada gracias a la generosidad de un sacerdote de Sonseca, don Manuel Martín Cabello, quien destinó sus propios bienes para hacer posible su existencia.

Plazuela de los Majuelos fotografiada por Alfonso Castro a mediados de los años 50 del pasado siglo

La fundación se centró en la enseñanza, especialmente en la segunda enseñanza, ofreciendo educación gratuita a jóvenes de la localidad. En sus inicios, su programa académico abarcó el Bachillerato elemental y los dos primeros años de la carrera eclesiástica, proporcionando así una base sólida para quienes deseaban continuar su formación en instituciones superiores.

Las clases comenzaron en febrero de 1955, con 11 alumnos, bajo la dirección del doctor Julián Mendoza de Ortiz Villajos, un reconocido académico formado en la Universidad Gregoriana de Roma.

Más allá del conocimiento académico, la Fundación Martín Cabello se distinguió por su enfoque en la formación integral, combinando la enseñanza con una sólida base en valores religiosos. La presencia constante de un sacerdote en el proceso educativo garantizaba que los estudiantes no solo adquirieran conocimientos fundamentales para su futuro, sino que también se formaran en los principios de la fe y la ética.

Este proyecto educativo, nacido del compromiso con todos los sonsecanos, contribuyó significativamente a la formación de varias generaciones y dejó un legado que perdura en la historia de Sonseca.

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